«Yo digo que el Estado de Israel se creó a pesar de la Shoá, no debido a ella. (…) Yo digo que la venganza por lo que se nos hizo en la Shoá, no existe. Y algo más: sólo Dios puede tomar venganza. Está en sus manos». Estas frases cerraron la entrevista a Mijael (Miki) Gilad (Goldman), sobreviviente de Auschwitz, oficial de la Policía que integró el equipo que de investigación durante el juicio, llevado a cabo en Jerusalén, al criminal nazi Adolf Eichmann, considerado responsable del plan de exterminio de los judíos de Europa, y testigo de su ejecución.