La figura del educador «significativo» y la complejidad de su desempeño pedagógico se exploraron en este artículo, publicado en hebreo, desde la perspectiva de las tensiones inherentes a su rol de mediador –entre los mundos estudiantil y adulto–, y la convicción del autor de que este solo puede cumplirse «a través de la práctica cotidiana del diálogo y la empatía». Se argumentó que es precisamente esta función mediadora la que le permite representar una figura significativa en el desarrollo de sus alumnos. A la par de las tensiones mencionadas, se arrojó luz sobre los desafíos y contradicciones que el niño debe afrontar como parte de su desarrollo.