«En una mano tengo la Torá y en la otra el diario», afirmó la rabina argentina Sarina Vitas sintetizando en esta frase la esencia del «movimiento conservador» («masortí»), que combina el apego a los rituales religiosos con el interactuar con el entorno. Su carrera rabínica despuntó al convertirse, en el 2005, en «la primera mujer en estar al frente de una comunidad del movimiento conservador en Latinoamérica», en la ciudad de Paraná (Entre Ríos, Argentina). En cuanto a la dificultad de admitir que mujeres puedan desempeñarse como rabinas dijo: «¿Por qué me van a dejar afuera de todo esto que vivo, que siento, que amo, que hace vibrar mi ser? ¿Simplemente por ser mujer?».