El trabajo que realizan jóvenes integrantes del movimiento judío conservador o masortí en su rol de madrijim (del hebreo, instructores o líderes), en el ámbito de la educación no formal en la ciudad de Buenos Aires, se exploró a la luz del concepto acuñado por Horward Becker (2014) de «emprendedor moral».
Una de las principales características que se identificó fue el hecho de que la transmisión del judaísmo conservador se cristaliza en diferentes direcciones: de las generaciones mayores a las más jóvenes, y viceversa. Los madrijim se ven a sí mismos como «la continuidad» del judaísmo.