Fuente: CIDICSEF
A la luz del destacado lugar que ocupa en los últimos años la cultura sefardí con la promulgación en España de la «Ley 12/2015 de concesión de nacionalidad a sefardíes originarios de España», en este artículo se delineó la evolución y características del judeoespañol.
En la apertura del ensayo se indica que fue editado por CIDICSEF (Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí) como «Material de divulgación con motivo de la celebración del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). Marzo de 2019». Esta edición del prestigioso congreso se llevó a cabo en Córdoba (Argentina) bajo el lema «América y el futuro del español. Cultura y educación, tecnología y emprendimiento» y contó con un panel en el que se debatió acerca de Perspectivas del judeoespañol: lengua y comunidad.
El eje central del trabajo giró alrededor del gran impacto que ejerció a lo largo de los siglos la cultura judía en la cultura española, especialmente en cuanto a la configuración del castellano, la literatura y el judeoespañol.
Diáspora sefardí
El itinerario partió de la expulsión de los judíos de la Península Ibérica, a partir de los edictos de la Inquisición que los Reyes Católicos promulgaron en 1492. Quienes abandonaron el territorio, eludiendo así la conversión obligada al catolicismo, se trasladaron en primer lugar a Portugal y la zona del Mediterráneo y posteriormente, al norte de Europa, llevando consigo, junto con otros rasgos identitarios, la lengua que hablaban en sus tierras de origen. Estas eran, fundamentalmente el castellano y en menor escala el aragonés, leonés, gallego y catalán, lenguas que constituirían la base del judeoespañol.
Asimismo, se observó que la lengua que desarrollaron las comunidades judías en el Imperio Otomano recibió influencias de otros idiomas entre los que se enfatizó el castellano medieval con palabras hebreas y arameas, árabes y portuguesas, y posteriormente el turco, el griego, el italiano y el francés.
Al aludir a la diversidad de términos que se utilizan para referirse a la lengua de los judíos sefardíes («ladino, djudezmo, djudiף, djidiף o incluso spanyolit o espanyoliko») se agregó que jaquetía es la lengua utilizada por los judíos que se radicaron al norte de Marruecos. En este contexto se indicó que el nombre Sefarad aparece en el Tanaj (Antiguo Testamento) en el Libro (Abdías 1:20; Obadia en hebreo) en referencia a la Península Ibérica.
Prensa y literatura sefardíes
Una referencia especial mereció la prensa sefardí, resaltando que el pionero del periodismo judío fue La Gaceta de Aֱmsterdam, que apareció a partir del año 1675 en la ciudad que se caracterizaba en aquella época por el acelerado desarrollo de la imprenta y se consideraba un centro intelectual europeo, nombrando, entre otros al filósofo Baruch Spinoza.
Paralelamente al apogeo de la prensa también se aludió a la literatura sefardí que, orientada en un principio hacia el judaísmo religioso, en el siglo XIX comenzó a introducirse en temáticas seculares, relacionadas con el teatro, poesía, ciencias naturales y demás. En el trabajo figuran las principales publicaciones periodísticas; obras literarias; bendiciones, refranes y demás. Igualmente, se especificaron algunos hebraísmos que entraron al español (sábado; cábala; amén; edén; etc) y nombres propios de origen hebreo (Gabriel; Daniel; Ana, María; etc.)
El papel de los judíos
Especial atención se dedicó al papel que cumplieron los judíos en el proceso de evolución del idioma castellano que se asoció directamente con la Escuela de Traductores de Toledo (siglo XIII) que promovió Alfonso X, llamado el Sabio.
En este contexto se citó al escritor mexicano Carlos Fuentes en su discurso inaugural del III Congreso Internacional de la Lengua Española: «Somos lo que somos y hablamos lo que hablamos porque los sabios judíos de la Corte de Alfonso el Sabio impusieron el castellano, lengua del pueblo, en vez del latín, lengua de la clerecía, a la redacción de la historia y las leyes de Castilla».
Se explicó que los judíos optaron por usar el castellano porque el hebreo era considerado un idioma sagrado y por lo tanto evitaban usarlo para asuntos cotidianos.
El último capítulo de este ensayo se dedicó a la creación literaria de la Diáspora sefardí de ciudades de Europa occidental (Londres; Hamburgo; Livorno) así como colonias en el continente americano.
Comunidad sefardí argentina
Finalizaron la aportación dos textos en judeoespañol de Graciela Tevah de Ryba, relacionados con la colectividad sefardita argentina: El judeoespañol en VillaCrespo y Una personalidad argentino-sefardֽ: Don Alejandro Romay (Saúl), reconocido productor de televisión y empresario teatral y de medios de comunicación.
Se concluyó que «no hay aspecto de la cultura intelectual española en que los judíos no hayan marcado con su impronta».
***
Links para acceder a más información sobre el tema:
#CILE2019
Panel: Perspectivas del judeoespañol: lengua y comunidad
FESELA Federación Sefardí Latinoamericana
La Autoridad Nasionala del Ladino (de Israel)
Nuessel, F. (2019). El judeoespañol en los Estados Unidos* Glosas Volumen 9, Número 6, 51-62.
Sefardiweb
Tarbut Sefarad