Fuente: Cuadernos Judaicos. N° 36 -Diciembre 2019. (Reseñado por el equipo del Portal).
A partir del reconocimiento de que la función educativa es uno de los principales roles que cumplen los museos en la actualidad, se presentó en esta aportación el caso del Museo Interactivo Judío de Chile (MIJ), fundado en el 2014 y centrado en programas de capacitación docente y recursos educativos, principalmente para jóvenes de 15 a 18 años, canalizados en dos circuitos: Historia judía y Holocausto (Shoá), en ambas modalidades: virtual y presencial.
A la luz de los valores de derechos humanos, respeto, diversidad, tolerancia y multiculturalidad, la propuesta está enfocada en «prevenir y evitar ideas antisemitas» en Chile, teniendo como mira propiciar a los visitantes no solo una vivencia intelectual sino también emocional.
Con el fin de cristalizar este doble objetivo, sintetizado en alcanzar el deseado encuentro entre la identidad judía y la sociedad general, el MIJ se vale de las nuevas tecnologías digitales para posibilitar la interacción exposición-visitante.
Historia judía y Holocausto
Los dos ejes mencionados, Historia Judía y el Holocausto, se abordan en relación a la historia general y a la humanidad, enmarcados en la educación cívica, bajo «una mirada valórica y de responsabilidad social», haciendo foco en procesos contemporáneos similares. Con la intención de humanizar y personificar los acontecimientos históricos, se incluyeron testimonios de sobrevivientes del Holocausto que emigraron a Chile.
Nueva concepción de los museos
Más allá de su faz interactiva, se resaltó que el MIJ articula con el nuevo paradigma museológico, vigente alrededor del mundo, que ve en los museos «centros culturales vivos y puntos de encuentro de la comunidad», prisma que los diferencia del perfil elitista tradicional y ubica a los visitantes en el centro de interés de la institución, convocándolos a participar de manera activa.
Bajo esta mirada, los museos, pertenecientes al ámbito de la educación no formal, que tienen como misión esencial llamar a la reflexión, se consideran «herramientas pedagógicas» y como tales, se encuentran en constante diálogo con la educación formal, a la cual complementan y fortalecen mediante el aprendizaje experiencial o lúdico.
Atentos a su misión educativa, se afirma que la programación del MIJ es evaluada constantemente en función de las necesidades de la comunidad, teniendo en cuenta factores socioeconómicos y culturales por un lado, y los resultados del análisis del impacto logrado en el público, por el otro. Asimismo, se desarrollan lazos de colaboración con las autoridades del sistema educativo chileno para afianzar la relación entre la oferta educativa del MIJ y las líneas curriculares.
El trabajo cierra con una lista de logros y tareas pendientes que incluye información sobre cantidad de visitantes; relaciones con otras instituciones de la sociedad general y con el Ministerio de Educación, así como el impacto del quehacer del MIJ en los planes de estudio y libros de texto.
Se concluyó con la definición de cultura como «el antídoto más efectivo contra la violencia» y la síntesis del mensaje que se propone el MIJ transmitir: «todos somos iguales».